domingo, 22 de julio de 2018

Caprichos inexplicables

Mirna se levantó y empezó a realizar todas esas cosas cotidianas que tanto detestaba -pero no dejaba de repasar la soledad de su cama con el rabillo del ojo-
Estando frente al espejo -se repetía a si misma- "uno no escoge los días,algunos buenos, otros malos; que importa, terminarán en lo mismo". Miró el reloj y se dispuso a salir rumbo al trabajo, pero justo sonó el teléfono


- bueno...
- hola qué tal cómo estás habla Gloria
- ya se q eres tú, voy camino a la oficina
- ¿No olvidaste nuestra cita o si?
- No, en el lugar de siempre, a las 3; aunque preferiría q nos viéramos en casa
- Nada de eso, debemos es indicación del psiquiatra, así q ahí nos vemos
- No le veo la ventaja a enfrentar el pasado; igual no se le gana,siempre permanece. En fin nos vemos por la tarde
- ok bye


Colgaron el teléfono, Mirna salió de casa, al llegar al edificio donde trabajaba, le faltaba valor para entrar, sentía q no aguantaría las miradas, los abrazos y menos los discursos. Pero era parte del proceso y no debía evitarlo así q entro para poder seguir


Al entrar, empezaron los saludos, las frases de ánimo, las mañanitas, en fin. Sintió ganas de dar vuelta y volver a casa, hundirse en la cama; pero no quería más complicaciones, no quería más gente llamando y rodeándola. Por fin llegó a su escritorio y comenzó a hablar con Dios: " tu y yo sabemos, q ya no creo en ti, por un grave error, este día se ha convertido en un tormento. Dejé de hablar contigo hace muchos años, ahora he vuelto, debo admitir que no es por gusto o por fe, solo es para disminuir la presión sobre este día. Es curioso, si mencionó q hablé contigo, se calman, dejan de abrumarme y me dan un respiro. No me gusta mentir, así q no puedo decir que hablamos si en realidad no sucedió, así pues, te pido que este día pase rápidamente, es sencillo. Algún día te pedí una oportunidad de ser feliz y no llego, también pedí morir y tampoco se me concedió. Tuve q hacerlo sin tu ayuda, intenté morir, pero ahí si tuvimos intervención divina, no me dejaste; era imposible q me salvaran y aún así sucedió. Todos dieron gracias, menos yo, y ya estoy fastidiada de verdad.


Mirna continuó sus labores y poco a poco se olvidó del tema, entre contestar llamadas y archivar papeles, escondió la desesperación, al final dio la hora de salida y se fue directo a su cita de las 3 de la tarde.


- hola Elena, ya llevas mucho tiempo esperando?
-llevo ya 3 piñas coladas
- creo q ya quiero terminar con este asunto de una vez por todas
- no sabes q gusto me da escuchar eso Mirna
- es q ya necesito tomar y eso no combina con los medicamentos
- tonta, no juegues con eso.
- jajajaja


El día no había sido perfecto, pero ya había transcurrido la mitad, eso reconfortaba a Mirna. De pronto entre el bullicio y su propia risa, creyó escuchar  una voz conocida y palideció.


-¿Que pasa? Preguntaba Elena
- nada nada, todo bien 
Se escuchó claramente ¿Cuántos son? Dos, mi esposa y yo, y por favor un asiento especial para el niño


Elena ya había confirmado que era él, pero Mirna solo miraba fijamente la mesa; no sabía que hacer, si voltear o no, correr o no. Ningún psiquiatra te prepara para eso. Al final decidió levantar la mirada, fue un instante y todo giro, no hubo palabras, solo muecas recíprocas. Mirna sintió que dentro de ella, todo se estaba derrumbando
Para culminar el momento la mujer q acompañaba a Carlos dijo "ya hace un año que nos casamos amor, veo el restaurante igual al día de la recepción" y siguieron su camino a su propia mesa. Carlos también titubeó en las actitudes, en las miradas, pero al final se sentaron lejos y se terminó la incomodidad para él.


Elena y Mirna, quedaron sin saber que hacer, terminaron de comer en silencio, hasta q Mirna dijo: pensé que hablar era lo difícil, las palabras en este año han sido mi tortura, pero todo puede cambiar y de pronto los gestos no son más inocentes ni más amables. 
Elena decía sorprendida, no es posible q en el mismo día se junten las 3 situaciones, su boda, tu cumpleaños y ese día q mmm pues ese día
Lo puedes decir completo, "el día q quise suicidarme" - replicó Mirna- y que desafortunadamente no lo logré. Dios me hizo el.favor de salvarme para poder disfrutar de este maravilloso día, la ironía de las cosas ¿no crees?. Pero sin rencores, todo vuelve a ser lo mismo, sabes.
"Amiba, sabes q te quiero" dijo Elena, conteniendo las lágrimas.
Mirna asintió con la cabeza diciendo "y yo a ti, me tengo que ir". Fue un instante, pero Elena entendió todo, de alguna manera sabía q no volvería a ver a su amiga; terminaría lo q hace un año no pudo, con un nudo en la garganta le respondió; no te preocupes, entiendo q te tienes q ir, se abrazaron sin decir una palabra. Mirna también siento en ese momento todo el cariño y la comprensión de su amiga, pudo ver la resignación en sus ojos, y la quiso aún más que siempre. Busco una última vez ver a Carlos, y después se fue. Salio de prisa, pero sentía alivio; hacía mucho tiempo no sentía tanta paz, ya nada pesaba, no tenía preocupaciones, estaba liberada de todo, y en poco tiempo dejaría de sentir. Empezó a correr y a sonreír, sabía q un frasco de pastillas las esperaba en casa, ya nada podría detenerla, esta vez todo terminaría. Casi al llegar a casa, de pronto escucho un sonido, un estruendo y no supo más. Un camión salió de la nada y atropelló a Mirna, no consiguió aliviarse como ella lo solo, Dios nuevamente se interpuso en sus deseos.


Cuando Elena se enteró, lloro inconsolable, lloraba a su amiga, pero también le dolía la forma; de alguna manera sabía q Mirna no se fue como ella lo había planeado, y le dolía. Siempre deseo q su amiga fuera feliz y jamás lo consiguió, ni en el último día. Francamente no quería hablar más con Dios, no asistió a la última misa, llegó al cementerio cuando todos ya se habían ido; y ahí platicó, lloró y se despidió nuevamente de su amiga.


28/oct/2010



sábado, 7 de julio de 2018

Nuevos Hilos

Tratando de reparar lo anterior, busco los remedios más extraños, los más extremos. Contigo tuve de todo, hicimos tantas cosas juntos; he llegado a creer que compartimos demasiados rincones. Si esto es poco, hay q agregar la gran compatibilidad q teníamos, en gustos, opiniones, pensamientos y sentimientos.

El tipo de relación q llevamos, aún hoy me.complica el deseo de olvidar.  Tantos años han pasado, pero sigo tropezando con algún recuerdo o alguna cosa, e inevitablemente vuelvo a mirar ese cofre tan lleno de recuerdos. Aún sigo descubriendo nuevos hilos q me conectan contigo.

Cuando te conocí, tenía 18 años, y muchas ganas de que pasaran cosas. Hable de futuro y te decía, para ese entonces no me vas a querer, y siempre respondías,pero te quiero ahorita. Nunca he podido asimilarlo.