Hoy volviste a invadir mi espacio, ya no tolero tu impertinencia, me molesta esa maldita manía tuya, de ser inoportuno. No estás aquí, pero tampoco me dejas a mí estar en paz. Llegas, dispones y te vas, dejando todo revuelto; todo en perfecto desorden.
A veces miento, lo único que no tolero es tu ausencia; por qué justo esa imprudencia, tu ritmo de viento y ese corazón de nube,es lo q me retienen en esta mesa a esperarte.
Este albatros, plegó sus alas y ancló su vida a tierra, para esperar por ti.