El largo camino a casa

17/12/07

Ahora esta lleno de lágrimas, por que mi más profundo deseo es quedarme allá, contigo.

Lejos del escandalo citadino, de nuestras familias, en ese lugar que es sólo nuestro. Bueno, es tuyo, y en ocasiones lo compartes conmigo.

Me da miedo recorrerlo, no se si podre regresar sobre mis pasos. Recostarse en tu cama y descansar mi vida en tu casa; si entiendo que también es mia, sin prisas y sin miedo a nada. Por que tu me protejes, tu me eres suficiente.

Te quiero y te necesito, no me dejes sin saber de ti, siento que me pierdo, nada vale tanto la pena como esta historia

Hubiera...

Aceptar cosas q duelen, aunq transcurran los años, es complicado. Podría pensar q el dolor es proporcional al tiempo q lo negamos; no es la gran filosofía, pero si me encontre con este pedazo de verdad es en mi camino. Decir q después de una década, sigue doliendo, es complicado, no sólo por el dolor en si mismo, surgen preguntas, sobre tu propia capacidad, sobre lo q es real y lo q no. Cuales decisiones fueron correctas y cuales producto de no afrontar ese dolor.
Las habilidades q se adquieren para sobrevivir, responder al instituto Darwiniano; me pregunto, si puede llegar a ser demasiado en algun momento, si por una ayuda casual te salvaste, pero no te tocaba, por q caíste inmediatamente después y moriste, sin en cambio si hubieses caído antes, pudo ser un solo resbalón y aprender lo suficiente como para no caer luego.
Trabajar con los "hubiera" es complicado.

Aniversario

Lo más sencillo es recordar por tiempos, en ciertas fechas, en la celebración de los eventos importantes, no importa si es un momento triste o feliz, todo tiene un aniversario. Y ahora si estoy jodida, a tal punto que recuerdo a destiempo, en momentos equivocados, en cuanto ya ha pasado lo suficiente, vuelve a caer el recuerdo, el del primer día, o la segunda pelea, o la última llamada, no importa el orden, siempre vuelvo al mismo espiral.
Esta repitiéndose constantemente el recuerdo de esa última llamada, esa misma q pensé, era la de los buenos días, esa q recibí y termine con una sonrisa impecable, convencida de lo correcto, suplicando por el error. No fueron buenos días nunca más, sólo se encendió el automático, después de q dijiste " no más, esto se acabó; bien sabes q puedes contar conmigo, si tu sonríes, yo sonrío, si tu eres feliz, yo puedo serlo". Y aquí sigo  sonriendote, sonriendo para q puedas ser feliz, para festejar como si fuese el aniversario, aunq de q no lo es.

Sin pensar

Jurar, nunca es bueno, puedes acabar masticando tus palabras sin mayor consuelo, sin la menor pizca de vergüenza. Negar lo que otra persona puede sentir, es insolente, no somos capaces de gobernar lo propio, y aún así, juzgamos. Nunca fui capaz de sentir empatia por ese amor sin límites q el mundo pregonaba, aun cuando llegaste a mi vida, no lo note; cuestión de tiempo para sentir ese apego, las ganas de volver a casa y mirarte, sentir dolor al mismo tiempo que tu, llorar sin razón aparente, o llorar de alegría incluso. Mirarte se convirtió en parte de mi, en algo esencial para estar bien. Debo admitir con vergüenza de por medio q juzgue sin saber, sin conocer y sobre todo sin sentir. El día q sentí perderte, lo entendí todo,  y me arrepentí de tanto; me enseñaste algo q no conocía, incluso me volví mejor médico y mejor persona. No fui capaz de seguir mis propias reglas, de apostar al 100% por la ciencia, deje q me invadiera el miedo, y deje q los médicos te curaran, pero tampoco tuve el valor de quitarte el listón rojo q el abuelo anudó en tu cuello... Llegaste sin planearlo y sin pensarlo me cambiaste...